Powered By Blogger

domingo, 1 de agosto de 2010

Polos Opuestos Capítulo 2

- ¿Cómo te ha salido el examen?
- Perfecto, no sabes cuanto te lo agradezco.
- No tienes que hacerlo, soy tu amiga.
- La nota que saque seguro que es buena y te la debo a ti.
- Enseñar matemáticas lo puede hacer cualquiera.
- No cualquiera me ayudaría.
- Lo que tu digas.
- Por cierto,la cena de ayer...-Se detuvo cuando un chico la interrumpió.
- Perdona, ¿tú eres Sarah?
- Sí...¿para?

Miré a Rose de solsayo extrañada. Ese chico era Luke Taylor, un chico de último curso , capitán del equipo de tenis. Era bastante bueno, gracias a él ganaron el torneo entre institutos. No me extrañaría nada que le hubieran ofrecido varias becas deportivas.

- Me gustaría hablar contigo.

Rose pilló la indirecta y me miró.

- Tengo que preguntarle algo al profesor de bio antes de irme ¿Te veo luego?
- Claro, te espero en mi casa a la misma hora.
- ¡Ok! Llevaré mis libros.
- Más te vale,no quiero que se te olviden otra vez. - Le dije seria , pero con una chispa de humor en los ojos.

La observé alejarse hasta que desapareció por una esquina y entonces me giré hacia él.

- ¿Qué querías decirme? Y, por favor, se directo.
- Bueno, he oído que sacas muy buenas notas y...
- Ni se te ocurra pedírmelo.
- ¿Perdón?
- Me vas a pedir que ayude a algún amiguito tuyo de mi clase o algún curso inferior ¿no?
- Si me dejas hablar será más fácil. Es cierto que quiero pedirte ayuda,quiero que me ayudes a mí.
- ¿Cómo? Pero si sacas de las mejores notas,y soy más pequeña que tú.
- Cierto, pero mientras hablaba con los profesores sacaron el tema de tu nivel. Parece ser bastante superior a la media. Querían ascenderte de curso, pero tu todavía no les has contestado.
- Profesores bocazas... Y bueno, aunque mi respuesta va a ser negativa, me gustaría saber para qué.
- Ellos tenían razón, eres testaruda.- Afirmó con una sonrisa.- Bueno, saco buenas notas menos en física y no quiero arriesgarme a sacar mala nota.
- Tu media bajaría ¿Es eso lo que te preocupa?
- Así es. No me he esforzado tanto para que una asignatura me hunda.
- ¿Y por qué recurres a mí? Soy un par de cursos menor que tú y hay muchos a los que se le da bien.
- Bueno,he oído a esa amiga tuya hablar de lo buena maestra que eres y, además, el profesor específicamente te recomendó a ti.
- Pero a ella la ayudo porque es mi amiga ¿Qué razón hay para ayudarte a ti?
- Te pagaré las clases.
- No me hace falta el dinero.
- ¿Y si te ayudo con otra asignatura?
- ¿Quién te ha dicho que necesite ayuda?- Pregunté cortante.
- El profesor Gomez me comentó que hay algunos alumnos que podrían tener una mejor nota ,pero...
- Bastante hago con intentarlo.
- Vamos, te puedo ayudar. Así subimos de puntuación los dos.Educación Física con un poco de práctica es fácil, a no ser que tengas alguna enfermedad ¿Tú...?
- No, estoy bastante sana, simplemente mi coordinación mano-ojo, es nula.
- Bueno, entonces te puedo ayudar, lo he hecho varias veces con los principiantes del equipo. Venga, acepta.

Me lo pensé detenidamente, buscando los pros y los contras. Ciertamente, me sacaba de mis casillas las notas que tenía en E.F., pero no quería estar cerca de Taylor.No le conocía y no sabía si quería conocerlo.

- Está bien.- Contesté resignada.- Primero veamos si te lo tomas en serio. Ven a mi casa a las 5. Espera un momento y te anoto la dirección.
- ¿Tu casa? ¿No sería más cómodo en la biblioteca? - Preguntó dudoso.
- No, Rose ya se ha acostumbrado a ese lugar de estudio, además, así no tenemos que hablar en susurros.Lo tomas o lo dejas. - Afirmé seria.
- Está bien, está bien. No hace falta que te pongas a la defensiva.-Contestó con un sonrisa para aliviar la tensión mientras cogía el papel. - Vale, creo que sé donde está. Nos vemos luego.-

Se despidió y salió corriendo a la entrada.

Me pregunto...¿por qué a mí? Podía haber ido perfectamente a clases particulares y , socialmente, le perjudicaría más estar conmigo. A sus amiguitos no les caía nada bien, aún menos a su novia. Pero eso no era mi problema. Me levanté, cogí mis cosas y me marché a casa. Vaya tarde me esperaba.

xXxXxXxXxXxXx

Comencé un nuevo conjunto para Rose con sus colores favoritos, blanco y rojo. Ya había hecho un boceto.

Era bastante simple, pero mono. Sabía que a ella no le gustaban las cosas demasiado cargadas. Tenía pensado hacerle un liguero y unas medias a juego, pero no sabía si a Rose le gustaban. A mí sí, aunque no los llevaría a clase ni loca. Tendría que preguntarle más tarde.

Miré el reloj, las 4:36. Pronto llegarían, así que me puse ha recogerlo todo y ha preparar la mesa para estudiar.A las 5 en punto sonó el timbre. Cuando abrí, Taylor esperaba con una serena sonrisa.

- Hola de nuevo.
- Si que eres puntual.
- Llevo esperando un rato dudando si este era tu apartamento.
-Podías haber tocado antes, venga pasa, puedes sentarte ahí. -Dije señalando al sofá con la mano.

Me aparté para dejarle entrar y cerré la puerta mientras él se sentaba.

-Vaya...todo esto...me gusta. ¿Quién lo ha decorado?
- Yo, gracias. Tenemos que esperar un poco.
- ¿Por?
- Rose no ha llegado aún, suele llegar un poco tarde.
- Podías habérmelo dicho.
-Todavía te estoy poniendo a prueba.Por cierto, una pregunta, si te esfuerzas tanto,debe ser por la universidad ¿A dónde quieres ir?
- ...A Princeton - Me dijo dudoso.
- Vaya...impresionante. He oído que no sabes que estudiar en la universidad, pero si quieres ir ahí es que, o dudas, o no quieres decírselo a nadie.
Le dirigí una mirada suspicaz mientras servía tres vasos de refresco.
- No se lo he dicho a nadie.
- ¿Te sientes inseguro?,¿o quizás tienes miedo de lo que digan?
- Un poco de ambas.- Me contestó entristecido.
- Perdona, he tocado un tema delicado, pero te voy a dar un consejo aunque no sé si lo necesitas. Pase lo que pase, es tu futuro, es a lo que te vas a dedicar el resto de tu vida. No suele salir bien trabajar en algo que te disgusta, por muy rentable que sea. La vida puede llegar a tener una apariencia vacía, un sabor amargo y te acabas rechazando a ti mismo. ¿Qué demonios importa lo que piensen los demás ahora cuando todo tu futuro está en juego? Mientras quede una mínima esperanza, sigue adelante.- Dije entusiasmada.

Él me miró impresionado, con una mirada insistente con un extraño brillo en los ojos y un inicio de sonrisa en los labios. No sé porqué me sonrojé y tuve que mirar a otro lado.

- ¿Q- Qué pasa?
- Gracias, sí me hacía falta ese consejo.
- No tienes que agradecer nada. Muchos te habrían dado un consejo o una respuesta mejor, este es solo el de una adolescente inmadura.
- Yo no creo lo mismo, me ha ayudado mucho. Ese consejo, lo sabes porque te ha pasado lo mismo ¿verdad?
- Sí- Contesté trémula.
- Lo suponía. Sabes, yo... quiero ser cirujano.
- ¡Vaya! Eso es genial, ¿por qué desconfiabas?
- No sé, me parece una profesión con una responsabilidad tan grande.
- Es cierto, pero si haces bien tu trabajo pienso que debe ser algo tan... satisfactorio. Ver a la gente feliz porque están sanos, porque podrán seguir viendo a la gente que tanto quieren...
- Pero mi familia...
- Claro, tu familia dirije una empresa.
- Sí, y quieren que yo asuma mis ``responsabilidades´´.
- ¿No tienes hermanos?
- Sí.
- Entonces, ¿por qué no se encargan ellos?
- Son muy pequeños y mis padres quieren que toda la familia esté dentro.
- Es una situación complicada, pero son tu familia. Al principio, puede que se nieguen...
- Se negarán.
- Pero con el tiempo aceptarán tu desición y solo querrán verte feliz.
- Es probable.
- ¿Tú quieres a tu familia no?
- Claro.
- ¿Y ellos a ti?
- Supongo, son mi familia.- Me contestó extrañado.
- Entonces no te preocupes . Cuando alguien te quiere, solo quiere lo mejor para ti. En el caso de los padres, por su experiencia, piensan que lo que ellos eligen es lo mejor. Aunque a veces se equivocan, no lo hacen con mala intención. Solo has lo que el corazón te indica. Uf... que cursi.

Él se rió fuertemente. Tenía una risa alegre y tranquila, ligeramente musical. Acabó contagiándomela. Cuando por fin nos tranquilizamos, me volvió a mirar de esa forma tan extraña.

- Tú...- Comenzó a decir, pero le interrumpió alguien tocando el timbre.
- Debe ser Rose,Taylor siéntate y comienza a sacar tus libros.

Él se dirigió rápidamente a la mesa después decir ``Sí, señora´´ con la mano en la frente. Resultó muy cómico.

Cuando abrí la puerta encontré a Rose totalmente colorada y casi sin aire.

- Perdóname, no había manera de que Cynthia se durmiera.
- No pasa nada, venga entra. En un momento te doy un vaso de agua.
- Gracias.- Me sonrió y paso a mi lado para ir a la mesa. Al verle allí sentado saludándola con la mano se giró hacia mí con la sorpresa aún en la cara.
-¿Qué...?- Me empezó a susurrar.
- Después te lo explico, ahora será mejor que empezemos.

Fin del Capítulo 2

No hay comentarios:

Publicar un comentario